lunes, 18 de julio de 2016

La importancia de las colecciones científicas


Fotografía: Víctor Borja
Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales - INB

Jardín Botánico de Quito
El pasado 9 de julio de 2016 Aves Quito en colaboración con el Jardín Botánico y el Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales (MECN), realizamos el evento “Conociendo de Cerca las Aves de Quito”; en la madrugada 20 participantes observaron y escucharon las aves de su ciudad en el Jardín Botánico, posteriormente en el MECN se efectuó una charla sobre la importancia de las colecciones científicas y apreciaron en directo especímenes preservados de la ornitofauna representativa de Quito.

Jardín Botánico de Quito


Las colecciones de partes constitutivas de animales o plantas, inicialmente sirvieron para satisfacer la curiosidad innata del ser humano y su gusto por coleccionar objetos, posteriormente las colecciones evolucionaron para registrar, almacenar y organizar la biodiversidad de planeta. En la actualidad las colecciones científicas son una fuente inagotable de información a nivel científico.


Fotografía: Víctor Borja
Águila Pescadora naturalizada
En Quito son cuatro las instituciones que mantienen colecciones de aves, empezando por la más grande en el Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales (MECN), después las colecciones de las universidades: Escuela Politécnica Nacional (EPN) y el Museo de Zoología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (QCAZ); también hay una colección de aves en el Colegio Nacional Mejía, en esta hay ejemplares muy antiguos y muchas pieles están naturalizadas, es decir, no como pieles de estudio sino a manera más didáctica guardando la postura del ave en vida.


Fotografía: Víctor Borja
Exhibición MECN

El desarrollo de la ornitología tiene sus bases en las colecciones científicas de aves; la descripción formal de una especie se basa en un ejemplar o espécimen denominado “tipo”, que queda depositado en un museo como respaldo de la existencia de este organismo, para que otros investigadores puedan confirmar su identificación, características y compararlo con otros individuos o especies.
Fotografía: Edison Ocaña
Varios colibríes
Los especímenes de museo permiten inferir sobre las relaciones evolutivas entre especies, conocer sobre su anatomía, distribución y ecología en general; en base a las colecciones también se han generado libros y guías de campo. No se podría tener tanto detalle de los plumajes de aves en sus ilustraciones sin la referencia de los ejemplares o pieles de estudio depositadas en los museos.
Fotografía: Edison Ocaña
Fue posible comparar tamaños y conocer especies difíciles de observar
en el campo como este Chotacabras y el Colibrí cola de espátula

Los encargados de las colecciones (curadores) velan que los especímenes estén en buen estado, sus datos sean fehacientes, actualizados y permiten que otros investigadores usen adecuadamente estas colecciones. Los investigadores pueden familiarizarse con las especies representadas en los museos para facilitar su determinación en campo y también para dirigir los esfuerzos de colección.
Fotografía: Victor Borja
Muestra de varios especímenes de la colección . MECN

Entre los enemigos que deben enfrentar los curadores de las colecciones están la humedad y las plagas que pueden dañar los especímenes pero también están la ignorancia de la utilidad de las colecciones, la falta de experiencia de colectores o de ética profesional de investigadores. 


El planeta pierde individuos todo el tiempo, como parte natural de su existencia; procesos como el envejecimiento, la depredación o enfermedades conllevan a la mortandad individual, cantidad de animales diariamente son matados accidental o colateralmente por un ciudadano común o por nuestra simple presencia. Un solo gato doméstico mata más pájaros y roedores que cualquier científico.
Fotografía: Víctor Borja
Tangara Golirrufa
"con pájaro en mano"

Un solo espécimen no puede proveer información sobre la variabilidad de una especie; algunas especies son diferentes entre sexos o edades, muchas veces el número de ejemplares útiles es bajo, la mayoría de especímenes de museos se colectaron muchos años atrás y sus datos asociados son muy escuetos; en muchos casos es necesario comparar entre varios individuos de un mismo sexo o edad o colectados en épocas diferentes o en áreas diferentes. Por estos y más motivos es necesario colectar más de un solo ejemplar por especie. 

Fotografía: Edison Ocaña
Explorando la biodiversidad de cerca
Partiendo de que la conservación es salvaguardar especies, poblaciones y ecosistemas y no individuos, la recolección de ejemplares para usos científicos no está vinculada con extirpaciones ni extinciones de organismos; a diferencia de la perdida de hábitats, cambios climáticos, patógenos emergentes, contaminación del ambiente, pesca, cacería, entre otras acciones impulsadas también y lamentablemente por el ser humano. El conocimiento exhaustivo de las especies presentes en la naturaleza y sus roles, permite un manejo eficiente de los recursos y esfuerzos de conservación más enfocados. En ese sentido las colecciones científicas sirven como evidencia de la diversidad biología pasada y presente en un área; para conservar se debe saber qué, dónde y cuánto hay; por ello los museos deben ser cada vez más la última morada de las avecillas.

Por: Héctor Cadena-Ortiz
Héctor Cadena explicando la utilidad de los especímenes de Museo
Referencias:
Donegan. 2000. Is specimen-taking of birds in the Neotropics really “essential”? Ethical and practical objections to further collection. Ornitologia Neotropical 11: 263-267.
Remsen. 1995. The importance of continued collecting of bird specimens to ornithology and bird conservation. Bird Conservation International 5: 145-180.
Suárez & Tsutsui. 2004. The value of museum collections for research and society. Bioscience 54: 66-74.
Swing et al. 2014. Las colecciones científicas: percepciones y verdades sobre su valor y necesidad, Revista Bitácora Académica USFQ, Septiembre/2014, No. 1
Vuilleumier, F. 1998. The need to collect birds in the Neotropics. Ornitologia Neotropical 9: 201-203.
Winker et al. 1991. The importance of avian collections and the need for continued collecting. The Loon 63: 238-246.



jueves, 7 de julio de 2016

¿Y cómo están los cóndores en Ecuador?


La pregunta resulta oportuna hoy 7 de julio fecha en la que se celebra el Día Nacional del Cóndor Andino en nuestro país. La respuesta más escueta sería afirmar que la especie enfrenta una situación preocupante; que todavía se mantiene en situación de peligro de desaparecer de nuestro territorio. Un muy bien planificado censo organizado conjuntamente por el Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino (GNTCA) y el MAE, permitió establecer que la población actual de cóndores en el Ecuador apenas alcanza a los 103 individuos; si bien esta cifra duplica a la que los técnicos manejaban como hipotética antes del censo, sigue siendo todavía una comunidad muy baja para mantener una población viable a largo plazo.

En los últimos cuatro años se han desarrollado significativos avances en cuanto a la investigación científica de la especie tanto en la naturaleza como en los centros de manejo de fauna bajo cuidado humano. En la naturaleza se han registrado y monitoreado cuatro nidos activos; cuatro esperanzas aladas han despegado vuelo desde las abruptas paredes de roca en donde estas majestuosas aves instalan nido. También se han rescatado once individuos que han sido encontrados en situación de vulnerabilidad; extraviados, deshidratados, maltratados. A estos once animales se los ha retornado a su medio natural luego de haber sido marcados con bandas alares y, seis de ellos además con rastreadores satelitales. Los seis ejemplares que llevan rastreadores satelitales están brindando valiosa información que ha permitido establecer sus rutas de vuelo y ubicar sitios de anidación y dormideros; gracias a esos datos se pudo llevar adelante el censo realizado en octubre pasado en donde se apostaron observadores entrenados en 70 puntos distribuidos a lo largo de todas las provincias de la serranía y también se ha podido constatar que estas aves pueden surcar en vuelo todo el territorio nacional, que un mismo cóndor puede moverse desde los páramos de El Angel en la frontera con Colombia, hasta el nudo del Azuay, en el sur del país. Lamentablemente el primer cóndor que fue marcado con estos dispositivos; bandas alares y rastreador satelital, fue abatido por un cazador. Terrible pérdida que da cuenta también de la persistencia de acciones negativas como la cacería y la destrucción del hábitat en el cual estos animales viven.

En las 6 unidades de manejo de fauna silvestre, zoológicos y centros de rescate, que mantienen cóndores andinos bajo cuidado humano, también se han llevado adelante significativas acciones ex situ a favor de la conservación de la especie. Actualmente están esperando el momento de levantar por primera vez vuelo en la naturaleza, en los páramos de Zuleta, tres ejemplares: “Huayra” y “Killari” nacidos hace cinco y tres años respectivamente en el Zoológico de Quito en Guayllabamba y “Churi”, nacida en el Centro Cóndor Huasi, en la Hacienda Zuleta. Estos tres ejemplares serán las primeras aves de esta especie, nacidas bajo cuidado humano, que serán insertadas en la naturaleza, para enriquecer las mermadas poblaciones silvestres. También se llevan adelante acciones positivas en el ámbito educativo; la campaña de concientización sobre la importancia del Cóndor Andino desarrollada por las fundaciones Zoológica del Ecuador y Galo Plaza Lasso en la comunidad de Zuleta, recibió recientemente un reconocimiento especial en el XXIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Zoológicos y Acuarios desarrollado en Cali, pues se la consideró como una de las experiencias más innovadoras en su estrategia de comunicación y mensaje.

En definitiva, se puede decir que las organizaciones y personas que trabajan por la investigación y conservación del Cóndor Andino en Ecuador están trabajando arduamente y de manera articulada en torno a una Estrategia de Conservación nacional debidamente consensuada, que cuenta con el aval y compromiso de la autoridad ambiental. Todavía es posible mirar cóndores en vuelo cuando uno viaja por los páramos de nuestra tierra. Hemos avanzado, pero todavía tenemos camino por recorrer.



JUAN MANUEL CARRION